EUROPA
PRESS
15 noviembre
2021
Nuevo
enfoque para una posible vacuna y tratamiento para el Alzheimer
Un equipo de científicos británicos y
alemanes ha desarrollado un nuevo y prometedor enfoque para tratar
potencialmente la enfermedad de Alzheimer, y también para vacunar contra ella.
Tanto el tratamiento basado en anticuerpos como la vacuna basada en proteínas
desarrollada por el equipo redujeron los síntomas del Alzheimer en modelos de
ratón de la enfermedad, según publican en la revista 'Molecular Psychiatry'.
El trabajo es una colaboración entre investigadores de la
Universidad de Leicester, en Reino Unido; el Centro Médico Universitario de
Gotinga, en Alemania, y la organización benéfica de investigación médica LifeArc.
En lugar de centrarse en la proteína beta amiloide de las
placas cerebrales, comúnmente asociadas a la
enfermedad de Alzheimer, el anticuerpo y la vacuna se dirigen a una forma
soluble diferente de la proteína, que se considera altamente tóxica.
La proteína beta amiloide existe naturalmente en forma de
moléculas muy flexibles, similares a cuerdas, en solución, que pueden unirse
para formar fibras y placas. En la enfermedad de Alzheimer, una gran proporción
de estas moléculas en forma de cadena se acortan o "truncan", y algunos
científicos piensan ahora que estas formas son clave para el desarrollo y la
progresión de la enfermedad.
El profesor Thomas Bayer, del Centro Médico Universitario de
Gotinga, explica que "en los ensayos clínicos, ninguno de los posibles
tratamientos que disuelven las placas amiloides en el cerebro ha demostrado
tener mucho éxito en cuanto a la reducción de los síntomas del Alzheimer.
Algunos incluso han mostrado efectos secundarios negativos. Así que nos
decidimos por un enfoque diferente, relata. Identificamos un anticuerpo en
ratones que neutralizaría las formas truncadas de beta amiloide soluble, pero
no se uniría ni a las formas normales de la proteína ni a las placas".
La doctora Preeti Bakrania y sus colegas de LifeArc
se encargaron de adaptar este anticuerpo para que el sistema inmunitario humano
no lo reconociera como extraño y lo aceptara. Cuando el grupo de investigación
de Leicester observó cómo y dónde se unía este anticuerpo
"humanizado", llamado TAP01_04, a la forma truncada de beta amiloide,
el equipo se llevó una sorpresa. Vieron que la proteína beta amiloide estaba
plegada sobre sí misma, en una estructura en forma de horquilla.
Por su parte, 3l profesor Mark Carr, del Instituto de
Biología Estructural y Química de la Universidad de Leicester, destaca que
"esta estructura nunca se había visto antes en el amiloide beta. Sin
embargo, el descubrimiento de una estructura tan definida permitió al equipo
diseñar esta región de la proteína para estabilizar la forma de horquilla y
unirse al anticuerpo de la misma manera, recuerda. Nuestra idea era que esta
forma manipulada de beta amiloide podría utilizarse como vacuna, para provocar
que el sistema inmunitario de alguien produjera anticuerpos del tipo
TAP01_04".
Cuando el equipo probó la proteína beta amiloide modificada
en ratones, descubrió que los ratones que recibieron esta "vacuna"
produjeron anticuerpos del tipo TAP01.
A continuación, el grupo de Gotinga probó tanto el
anticuerpo "humanizado" como la vacuna de beta amiloide modificada,
denominada TAPAS, en dos modelos de ratón diferentes de la enfermedad de
Alzheimer. Basándose en técnicas de imagen similares a las utilizadas para
diagnosticar el Alzheimer en humanos, descubrieron que tanto el anticuerpo como
la vacuna ayudaban a restablecer la función neuronal, aumentar el metabolismo
de la glucosa en el cerebro, restaurar la pérdida de memoria y, aunque no
estaban directamente dirigidos, reducir la formación de placas de beta
amiloide.
La doctora Bakrania, explica que
"el anticuerpo humanizado TAP01_04 y la vacuna TAPAS son muy diferentes a
los anticuerpos o vacunas anteriores para la enfermedad de Alzheimer que se han
probado en ensayos clínicos, porque se dirigen a una forma diferente de la
proteína. Esto los hace realmente prometedores como tratamiento potencial de la
enfermedad, ya sea como anticuerpo terapéutico o como vacuna. Los resultados
obtenidos hasta ahora son muy interesantes y demuestran la experiencia
científica del equipo. Si el tratamiento tiene éxito, podría transformar la
vida de muchos pacientes", resalta.
En este sentido, el profesor Mark Carr precisa que,
"aunque la ciencia se encuentra todavía en una fase inicial, si estos
resultados se reprodujeran en ensayos clínicos con humanos, podrían ser
transformadores. Abre la posibilidad no sólo de tratar el Alzheimer una vez
detectados los síntomas, sino también de vacunar potencialmente contra la
enfermedad antes de que aparezcan los síntomas", asegura.
Los investigadores buscan ahora un socio comercial para
llevar el anticuerpo terapéutico y la vacuna a los ensayos clínicos.